lunes, 28 de noviembre de 2011

¿ES LA EDAD?

Hola de nuevo, aunque no haya nadie escuchándome.
Desde hace unos días me pregunto si el entrar en los 40 no significa que también empiezan a aparecer los "achaques". Me levanto cansada, me duele la espalda, el cuello no se me relaja, me duele una rodilla cuando uso tacones, incluso se me ha subido la tensión, ... ¿Es la edad o mi manifiesta falta de forma?

Supongo que ambas cosas. Es cierto que el deporte no está hecho para mí, pero bueno, sí ando, bailo, subo escaleras, ... Pero también es verdad que de un tiempo a esta parte cualquier cosa me supone un elevado desgaste físico. Voy a una excursión al campo y me llevo dos días cansada y acordándome de lo que anduve. Voy un día de compras y vuelvo como si me hubiera corrido un maratón.

En fin, tampoco emocionalmente estoy "super bien", con lo cual creo que se une todo. O, mejor dicho, no sé qué fue antes si la bajada emocional o la física.

¿Son los primeros síntomas de la menopausia o simplemente no estoy en mi mejor momento?

En fin, cuando tenga una respuesta (o ganas) os contaré.

Chao.

martes, 16 de agosto de 2011

¿La segunda juventud?

"Nunca se pierden los años que se quita una mujer: van a parar a cualquiera de sus amigas"
-Proverbio chino-
Siempre he escuchado que la mujer en su etapa de los 40 vive una segunda juventud.
La madurez que te dan los años te enseña a afrontar las cosas de otra manera y la calma en tu vida te hace estar plena, por eso se habla de que es la etapa mejor para la mujer.
Yo no sé hasta qué punto.
Quizás antes, cuando los hijos se tenían a los 25, cuando llegabas a los 40 ya eran "casi" independientes. Te permitía el salir de nuevo sola con tu pareja, volver a divertirte, bailar, cenar en plan "romántico, ... Y todo esto con una edad en que aún tienes ganas de todo.
Ahora la situación es esta: has tenido tus hijos entre los 32 y 36 años, aproximadamente, con lo cual a los 40 los tienes aún tan pequeños que siguen saliendo contigo, con lo cual no es tan fácil salir a bailar, a cenar, ... Además los abuelos ya no son tan "jóvenes" con lo cual tampoco pueden echarte una mano siempre. 
Único consuelo: tus amigas están en tu misma situación.
Este fin de semana he estado de fiesta, pero he echado de menos el bailar, el ver amanecer, el "ligar" con mi pareja, el tomarnos una copa viendo salir el sol, ...
Creo que la segunda juventud se está atrasando..., sólo espero estar a la altura cuando llegue.

jueves, 11 de agosto de 2011

Hoy y aquí: mi punto de partida



Hoy empiezo este blog sin saber muy bien porqué.
Tengo 41 años, dos hijos y un marido, y trabajo fuera de casa.
Hace unos días conversaba con una amiga de 30 años, sobre su necesidad de encauzar ya su vida profesional. Es verdad que lleva trabajando varios años y que está muy preparada profesionalmente, pero aún no he conseguido un trabajo “fijo” y con un sueldo razonable.
Se planteaba, que si no enderezaba las cosas, se le iban los años, y que cuando quisiera darse cuenta iba a ser tarde para ella.
Yo la miraba y pensaba que en cierto modo tenía razón, nos llega una edad en que queremos una certeza sobre nuestro futuro. Necesitamos tener claro al menos lo profesional para dar prioridades a otras cosas, en su caso a los niños.
Y me hizo pensar sobre mí. Es verdad que tengo mi vida “resuelta”. Tengo un marido que me quiere y al que quiero, dos hijos preciosos, y un trabajo fijo que me gusta, pero... ¿es esto todo lo que quiero? ¿He conseguido mi objetivo? ¿Me siento “realizada”?
Llevo un tiempo en que me asaltan estas preguntas, porque al contrario que en el caso de mi amiga, yo sí que no tengo tiempo. Es decir, cuando eres más joven siempre piensas que aunque las cosas estén un poco torcidas todavía estás a tiempo de cambiarlas, otras puertas se abrirán y te aportarán más opciones.
Pero ahora ... ya no puedo cambiar tan facilmente lo que he construido a mi alrededor. Porque además ya tengo otras responsabilidades, mis hijos. Y ahora tengo que analizar si estoy satisfecha con lo que tengo.
En fin, supongo que esta es la crisis de los 40 y habrá que afrontarla. Pero creo que aunque en este caso mi aliciente sea mi familia y con dos niños todavía, se me vaya todo el día entre sus actividades y el trabajo, ha llegado el momento de reflexionar y pensar si “yo” estoy bien o necesito algo más.
Y además en estos casos recuerdo a mis padres, que siempre consideraban que mi inconformismo y mi capacidad de reflexión me darían algún que otro “quebradero de cabeza”.
Abro este blog con la esperanza de que no sea la única con estas ideas en la cabeza y esperando crear un espacio para comentar.